A medida que la tecnología avanza, los dispositivos digitales obtienen cada vez más optimizaciones y características especiales, como la capacidad de restablecer tu batería en pocos minutos.
Esto ha despertado el interés de muchas personas, que ahora buscan dicha cualidad en los teléfonos inteligentes sin falta. Sin embargo, es inevitable preguntarse las diferencias entre carga rápida y carga normal.
Y aunque las divergencias puedan ser de cierta manera evidentes, hay secretos que se ocultan en el funcionamiento de esta nueva modalidad de carga.
Consejos útiles
Para aumentar la vida útil de la batería de tu iPhone es recomendable siempre quitar las fundas al momento de conectarlo para evitar sobrecalentamientos y siempre utilizar cargadores originales.
Cargadores Originales de Apple
Para aumentar la vida útil de la batería de tu iPhone es recomendable siempre quitar las fundas al momento de conectarlo para evitar sobrecalentamientos y siempre utilizar cargadores originales.
Diferencias más puntuales entre la carga rápida y la normal
Los contrastes entre una modalidad y otra no son muchas, más allá de las que ya se manejan por conocimiento general. No obstante, aquí encontrarás con mayor profundidad las diferencias más puntuales entre ambos tipos de carga.
¿Por qué una carga es rápida y la otra no?
Como lo indica su nombre, la cualidad de carga rápida se define como aquella modalidad activa dentro de tu dispositivo, que permite restablecer la batería en un período mucho más corto.
Si bien, durante la carga normal se tendría que esperar 1 o 2 horas, con esta solo tardaría alrededor de 20 o 30 minutos, según el tipo de modelo y batería.
Esta es una de las principales diferencias entre carga rápida y carga normal, la velocidad en la que se reestablece el índice de batería. Esto gracias a un sistema interno dentro del cargador que permite suministrar mayor cantidad de voltios y amperios hasta el dispositivo móvil, aumentando las reacciones químicas.
En pocas palabras, se trata de un flujo acelerado del proceso de carga, impulsado a partir de un mayor flujo de energía.
Nivel de deterioro de la batería
Otra de las diferencias entre carga rápida y carga normal está relacionada a la conservación de la batería. Si es cierto que la misma tiende a deteriorarse sin importar lo que hagamos, hay ciertas técnicas que permiten preservarla durante mucho más tiempo.
Utilizar la modalidad de carga rápida, no es una de ellas. La respuesta a ello es simple, al ser un proceso que acelera las reacciones químicas dentro de la batería, sus compuestos tienden a cristalizarse luego de un tiempo.
De igual manera, cuando se aplica este modo de carga, la energía que entra es mucho mayor. En consecuencia, la temperatura aumenta sustancialmente y esto, para las baterías, es mortal a largo plazo.
Por otra parte, usar la carga normal es otra historia, puesto que tanto los procesos químicos como la temperatura se ajustan a una situación de normalidad. Lo que quiere decir que no habrá factores que aumenten el riesgo de daño hacia la batería de tu dispositivo, garantizando la totalidad de su vida útil.
La tecnología que se esconde detrás de la carga rápida
Para saber cómo funciona la tecnología de la carga rápida, primero debes entender cómo trabaja la normal.
En esencia, las baterías están hechas por compuestos químicos que, al juntarse, reaccionan entre sí creando un flujo de electrones, conocido como electricidad, alimentado los componentes del celular.
Mientras que, en el proceso de carga rápida, la reacción sucede de manera inversa, ya que se “conectan” los electrones y los compuestos químicos reaccionan, pero al mismo tiempo, vuelven a su estado original. En este sentido, estos mismos vuelven a repetir el proceso una y otra vez para generar la carga que, finalmente, alimenta el circuito. Sin olvidar, por supuesto, las diferencias entre carga rápida y carga normal, ya que, para la primera de estas, el nivel de potencia es mucho mayor.
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